En pleno auge del Racionalismo, la obra de Gluck mantiene intacto el misterio del poder del amor en las acciones humanas y sostiene en sus versos la fuerza irracional del sentimiento, que elimina todo rastro de poder divino ante su presencia. El nuevo hombre que anuncia el Romanticismo, el Orfeo que tiene por único dios a Amor, comete el delito de mirar atrás y pierde en ese acto todo lo que, durante el Siglo de las Luces, el ser humano había conquistado en 1762.
Dirección musical, Gianluca Capuano
Dirección de escena, Robert Carsen
Escenografía y vestuario, Tobias Hoheisel
Iluminación, Robert Carsen, Peter Van Praet
Reparto
Orfeo, Carlo Vistoli
Euridice, Francesca Aspromonte
Amore, Elena Galitskaya
Cor de la Generalitat Valenciana
Director Francesc Perales
Orquestra de la Comunitat Valenciana
Coproducción del Théâtre des Champs-Elysées, la Canadian Opera Company, el Teatro dell’Opera di Roma y la Opéra Royal de Versailles